Hace poco platicaba con alguien de Sinaloa sobre el origen del Diván del Copy. Si eres de aquellos primeros aventurados que siguen aguantándome cuanta mamada escribo, ya te sabrás la historia; si eres relativamente nuevo, te advierto: voy a contarla. Si eres ese alguien de Sinaloa, lo siento… va de nuevo.

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En realidad, todo pasó un lunes… un lunes 28 de marzo del 2011. Había tenido un muy mal día en la agencia donde trabajaba en aquel entonces y, bastante harto de la situación, decidí poner a buscar trabajo en otra agencia. Detalle: todos buscaban “Director Creativo con experiencia en digital” y, honestamente, mi twitter y mi facebook no eran, ni por error, referente de “caso de éxito digital”. Vamos: ni siquiera estaban interesantes. Hacía lo mismo que todos: “Qué tráfico”, “Qué buena pasta me estoy echando” y ese tipo de cosas que a nadie le importan.

En ese momento decidí hacer algo que, en algún momento de la vida, me había hecho muy feliz: escribir un blog. A la par, abrí otra cuenta de twitter. A ambos, las bauticé con lo que serían para mí: un diván donde podría sacar toda esa mierda que traía dentro.

Aquí, hago la aclaración y doy el merecido aplauso: la gran inspiración fue esa cuenta de @soytrainee que le hablaba a la banda sobre lo que se vive al empezar en una agencia.

Una vez hecha la cuenta de twitter y una vez escrito ese primer tweet, volví al blog y comencé a escribir… y todo cambió.

Cuando me di cuenta, no estaba tirando mierda sino hablando con ese trainee que se emocionaba con cada proyecto que le caía en las manos. De repente, el tal Diván del Copy me empezó a cargar la pila.

Siguieron los posts en el blog, los tweets; se unieron los posts de facebook, las dinámicas entre Community Managers, los wallpapers, los hashtags kilométricos y, de pronto, sin saber ni cómo, tenía ¡500 followers!

La cabeza me explotó. Nunca supe cómo se habían enterado de mí.

Hace poco, llegamos a los 10,000 followers en Twitter. Poco para otras cuentas, muchísimo para una que tiene un nicho: publicistas.

Y sobre todo: 10,000 followers por quienes me he esforzado a dedicarles tiempo, bobadas, chamba. Ha sido complicado unir mi trabajo real con este “hobby” increíble. Ha sido un trabajo durísimo, pero fue delicioso ver ese 10K.

EDDC

De broma, había pensado que ése sería el límite. Que un chiste que llegara a los 10,000 followers, debía irse con dignidad… y no como esas series gringas que estiran el chiste temporada tras temporada tras temporada, hasta que a la gente le da hueva.

Al parecer, a ti que estás leyendo, aún no te doy hueva… y te lo agradezco.

¿Hasta dónde llegará el Diván? No tengo ni la más puta idea.

¿Cómo llegó hasta aquí? No tengo ni la más puta idea.

¿Cambiará el Diván? Espero que no. Me cagan los inmamables en twitter, facebook y en la vida real y RUEGO por no volverme uno de ellos. Seguiré tan low-profile como he intentado hasta hoy.

Ese Diván del 2011 que no se imaginaba siquiera que 10,000 personas lo leerían, este Diván del 2014 que aún no se la cree y el güey que estuvo y está detrás de ambos, TE AGRADECEMOS tu paciencia, tu complicidad, tu apoyo.

Mira que aguantar más de 30,000 tweets con tarugadas, ¡NO CUALQUIERA!

Gracias. Gracias. Gracias. Gracias.
10,000 gracias a todos ustedes.