Friends es un programa que, honestamente, nunca me dio mucha risa; sin embargo, fue por él que me enamoré de Jennifer Aniston.
Perfecta de pies a cabeza. Mirada dulce. Pelo increíble. Jennifer me encantaba.
Y, de pronto, se operó.
Aquí, me surge la pregunta: “SI ERES PERFECTA, ¿PARA QUÉ TE OPERAS?”
Dime quién fue el imbécil que le sugirió “arreglarse” la nariz.
Cuéntame quién fue el doctor que no la detuvo y, éticamente, no le dijo “Miss Aniston… you are perfect. You don’t really need this nose job”.
Nadie se lo dijo y eso, está de la ñonga.
Lo mismo sucede en nuestro negocio.
Un cliente le solicita a cuentas “hacer algo en Facebook”… aunque su público objetivo no tenga computadora. Y nadie le lleva la contraria.
Un cliente tiene la idea hacer un comercial para anunciar que da sartenes de regalo cuando incrementas en $10,000 tu saldo. (Si tienes 10,000 pesos, tienes para sartenes) Pero nadie le dice que no.
Un cliente quiere gastar la mitad de su presupuesto para salir en la QUIÉN y la COSMO, cuando podría hacer maravillas en internet. Pero nadie lo detiene.
Un cliente quiere meter más gente a su canal de Youtube y decide pedirle a la agencia un comercial que pasa en todas las funciones de todos los cines, invitando a la gente a subir su video “chistoso”. Y nadie lo detiene.
Un cliente vende tubos. A plomeros. En HomeDepots y ferreterías. Ah, pero quiere hacer un comercial con una pauta estúpida en TV. Y nadie lo detiene.
PUBLICISTAS: nosotros somos los expertos, los socios, los cómplices de nuestros clientes. La próxima vez que ellos quieran cagarla en grande, díganles que no… seas su Creativo, su Cuentas, su Productor y sea porque su hermosa clienta quiere desperdiciar presupuesto u operarse la nariz.
A este pobre tubero, nadie se lo dijo. Gastó en un comercial MUY CULERO y eso, está de la ñonga.